Personalmente creo que este libro (Pulitzer 2007) es la confirmación de que la mejor literatura es aquella que te hace sentir algo, bueno o malo, algo.
Lo que cuenta La Carretera despierta sensaciones de incomodidad en el lector, deprime y causa escalofríos en ocasiones, pero siempre nos deja pensando en las posibilidades de nuestro destino como especie y de nuestra capacidad como individuos para hacer lo que sea necesario con tal de buscar el beneficio de aquellas personas a las que amamos.
Un hombre y su hijo caminan por una carretera con rumbo al mar. Buscando a “gente buena” como ellos y evitando a “los malos”. Cada noche luchan contra el frío y se esconden donde mejor pueden, tratando de paso de encontrar qué comer y continuar sobreviviendo. Es así de simple. En este caso lo simple es extraordinario.
Las carencias, el ambiente hostil, la violencia humana y el gris de la ceniza llenan el libro de principio a fin. La narrativa de Cormac McCarthy nos dificulta encontrar un punto donde detenerse a dejar la lectura para después, algo sorprendente en una historia que no tiene grandes escenas de acción.
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