martes, 25 de noviembre de 2008

Abandonando la década

Hoy es mi último día con 29 años y puede que sea el momento de hacer un breve alto (la vida de todas formas) para reflexionar sobre lo que ha sido este último año para mí. En muy pocas palabras: un año no tan bueno como los dos anteriores, pero tampoco improductivo, he aprendido a disfrutar cosas nuevas y cosas viejas que llevaba tiempo sin disfrutar (y sin acordarme de hacerlo).

En fin, más libros, más películas, más letras salidas de mi lápiz... con 30 años los proyectos también maduran.

martes, 18 de noviembre de 2008

Impresionante. Una maravilla.






















No se puede describir con palabras pero estas podrían ser las más cercanas para describir la experiencia de estar en el Parque Nacional Chirripó. Simplemente no se le puede contar a la gente, creo que lo mejor que se puede hacer es recomendar que se viva y se disfrute personalmente. Y no es solamente estar en la cima del cerro más alto de Costa Rica, es todo: desde la lucha contra el sendero en el ascenso a Base Crestones en medio de un paisaje lleno de vida y contrastes, estar en El Páramo, sentir el frío que cala los huesos al bañarse con el agua más helada que he sentido en la vida, madrugar, recorrer senderos, subir a los cerros y mirar hacia el atardecer desde Los Crestones. Es todo, es vivir por unos días en un lugar lleno de magia, donde efectivamente se siente la presencia de algo mucha más grande que nosotros mismos.
Por favor, vivanlo ustedes mismos alguna vez en la vida.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Preparando el ascenso


De hoy en ocho días si todo sale bien estaremos ya a estas horas rumbo a San Gerardo de Rivas, primera escala para comenzar la escalada al Cerro Chirripó. Las expectativas son grandes para esta experiencia, quizás alimentadas por lo comentarios de tantas personas cercanas que han estado allí o que tienen conocidos que han visitado el lugar. Lo cierto es que sabemos que se trata de un gran esfuerzo físico con una maravillosa recompensa emocional (y hasta espiritual, dicen algunos) y que lo vivido en el viaje será algo que quedará para siempre en la memoria.


Pretendo aprovechar el viaje para pensar y ver un poco el paisaje de este año 2008, lleno de tantos cambios, de cosas buenas y malas, de cosas que nuca había vivido y de otras cosas que pensé no iba a volver a vivir. Espero que, sentado a 3820 metros sobre el nivel del mar el futuro año 2009 se vea despejado, lleno de buenos vientos y de buenos desafíos... y proyectos.


Nota: La foto adjunta se la pedí prestada a mi hermano, quien subió al cerro hace unos meses ya. Muestra el paisaje que se logra ver desde allí al amanecer. Prometo que al regresar del viaje la foto que suba será mía, junto con la historia que la acompañe. Deseénme suerte.