miércoles, 28 de diciembre de 2011

Atardecer

El atardecer era rojo, como sus uñas recién pintadas, como su pasión, como sus sueños.
Soltó su mano, se puso de pie y comenzó a caminar hacia el lugar donde el vaivén parecía llamarla.

Él parecía hipnotizado mirándola mientras se alejaba y entonces, con una sonrisa que le iluminó por dentro la vio quitarse el liviano vestido, dejando al descubierto su cuerpo de mujer en libertad, su hermoso traje de baño no era obstáculo entonces para que él apreciara el alma femenina que parecía batir alas en busca de un horizonte. Desde su asiento de privilegiado pensó en su futuro a su lado, imaginó mil y una escenas cotidianas que le alimentaron en un segundo. Soñó ese cuerpo entre sus manos y ese corazón junto al suyo. Soñó con el futuro sin verlo, solo lo sintió pleno, aquel atardecer.

Ella, de pie frente al océano dejó que el agua subiera a sus rodillas y luego acariciara sus tobillos al retirarse. Con su vestido en una mano se soltó el cabello y mirando la línea del fin del mundo pensó en tantas cosas... en tantos futuros posibles, en tantos ayeres.

Unos momentos después la mujer dejó que por última vez el mar jugara con sus piernas y abandonó el agua, volteó hacia su futuro y se tendió en la arena tan hermosa como era, junto al corazón que sangraba por ella y soñaba por los dos, tratando de hacer coincidir sus latidos.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Revisión de metas y propósitos

Hace un año hice algunas propuestas de nuevas cosas que alcanzar como personal y profesional, llámemosle a esto una revisión:
1. Volver a la U. Objetivo fracasado por desconocimiento de ciertos procesos internos de matrícula universitaria. Sinceramente en este punto no habría tenido ni el tiempo ni la motivación suficiente para alcanzarlo.
2. Comenzar una nueva novela y llegar al menos hasta la mitad del proceso. Este año tomé la decisión de pausar la novela que estaba trabajando y comenzar a armar un nuevo proyecto que me tenía más ilusionado, creo que el proceso va, pero más lentamente de lo que debería... como es usual.
3. Retomar la afición y práctica de la fotografía. Los compañeros de www.fsiete.com me han enseñado mucho en la práctica y la disciplina de la fotografía. Además el proceso de encontrar referencias y ver nuevo material enriquece mucho.
4. Conocer 15 nuevos lugares de Costa Rica: San Cristóbal Norte, Matapalo, Ostional, Nosara, Nicoya y posiblemente Montezuma y Malpaís no es una lista de 15, pero es bastante más de lo que normalmente conozco.
5. Volver a trabajar en Cactustus. Cero Cactustus este año, pero los planes que nos esperan este 2012 son gigantescos y ambiciosos.
6. Hacer más ejercicio. Casi nada. Volví al fútbol y bien, pero no hay mucho más.
7. Donar sangre. Una vez, exitosamente.

lunes, 21 de noviembre de 2011

PEARL JAM en Costa Rica: 20 momentos para siempre

Podrían ser 100, pero voy a tratar de dejar los momentos inolvidables en solo veinte:
1. Correr junto a los amigos hacia el área frente al escenario, completamente vacía.
2. Ver apagarse las luces y esperar ansiosamente para saber cuál va a ser la primera pieza.
3. Comenzar a escuchar Go, y pensar "esto se va a caer".
4. Sentir la presión de muuuucha, mucha gente y de alguna forma saber que tenés todo bajo control. O que uno es más fuerte de lo que pensó -para mi tamañito al menos!
5. Contradictoriamente: temer por la propia vida durante un par de segundos.
6. Sentir, más que cantar Elderly woman...
7. Identificar los acordes de Given to fly -de mis favoritas.
8. Saltar, saltar y saltar con The Fixer. Hay muchas canciones que me gustan más, pero esta la disfruté tanates.
9. Sorprenderme de oír Deep, una "canción muy vieja", y Oceans, "un pedido" -en palabras de Vedder.
10. Escuchar las primeras notas de Do the Evolution y en medio de la gente pensar: "Hasta acá me la prestó Dios".
11. Ver a Stone tocar Do the Evolution, quizás sea uno de los de más bajo perfil de la banda, pero el tipo es increíble.
12. Simplemente sentir Alive.
13. Cantar y saltar al máximo durante Rearviewmirror.
14. La piel de gallina al cantar Black, sin importar la apretazón de gente.
15. Cada uno de los solos de Mike McCready. Punto y aparte. Cómo vive y se divierte este tipo en tarima.
16. Escuchar Better Man y acordarme de alguien.
17. La sapiencia de Vedder, cuando le tiraron una bandera de Honduras y él, sin desprecios ni gestos extraños optó por colocarla discretamente cerca de la base de la batería, como diciendo "evitemos cualquier malentendido".
18. Eddie literalmente colgando del micrófono, cansado pero al mismo tiempo lleno de energía. Más adelante me impresionó verlo azotándolo contra el suelo (al final de Once, creo) y luego recogerlo, voltearnos a ver, reírse y poner unos "ojos de loco" que en lo personal me transportó a los 90's.
19. Ver a Jeff emocionado al final, mientras ellos nos saludaban al final y la gente les pedía Porch.
20. Despertar un día después y que el concierto aún le duela a uno en el cuerpo.
Foto tomada de nacion.com

lunes, 7 de noviembre de 2011

De robots

Los robots flotaban lentamente entre los escombros de la ciudad, como parte del proceso de limpieza automatizada que dictaba el protocolo de desastres. Cada una de las diferentes unidades tenía tareas específicas para las que habían sido diseñadas y construidas. Estaban los que simplemente levantaban estructuras hasta los que, como diminutas ratas, buscaban el más pequeño indicio de vida en el área. Otro tipo de robots se encargaba de encontrar, identificar y enterrar los cuerpos de los que no lograron escapar a tiempo.

El accidente nuclear se había producido en la planta más cercana a la comunidad portuaria de aquel enorme país. Casi de inmediato los planes de evacuación comenzaron a funcionar como se esperaba, alejando a cientos de miles de personas de una ciudad que no volvería a ser la misma jamás. Cada uno de los movimientos de los robots era medido cautelosamente por una matriz general, ubicada a kilómetros de distancia, más allá de la barrera que dividía la zona del desastre de aquellas áreas del país que se habían librado de los efectos del accidente. La zona de radiación se había establecido tomando en cuenta la geografía y los cambios de dirección de los vientos en esta época del año, por lo que el viaje desde un punto al otro requería de varias horas y muchos protocolos de seguridad. Los encargados de la planificación de aquella ciudad habían imaginado, quizás demasiado bien para una mente humana sana, las consecuencias de un evento de este tipo y gracias a eso las consecuencias no habían sido mayores. Sin embargo, los números eran escalofriantes: ochenta mil muertes, doscientas mil personas desaparecidas y cinco millones evacuadas a otras áreas y en busca de un nuevo hogar.

Había pasado más de cuatro día y los robots seguían su labor de limpieza cuando comenzaron registrar la señal de alerta que indicaba una presencia orgánica cercana. Algo respiraba entre los escombros.

domingo, 16 de octubre de 2011

Prestar las sillas

Estaba tirado en la hamaca leyendo cuando escuché a una vecina cercana llamar a la casa de al lado, donde viven mis tías:
-Mariiii...
-¿Holaaa?
-¿Cómo está?
-Bien, ¿y usted?
-Bien también, gracias a Dios. Dice mi mamá que si usted nos puede prestar las sillas.
-Sí, claro, pase.
De inmediato volvieron a mi memoria tantos momentos del pasado aquí en Turri, cuando era normal que los rezos familiares del niño o de algún aniversario de muertos fueran eventos vecinales donde las casas se llenaban de invitados y los miembros de las familias se convertían en grandes anfitriones sin importar la sencillez de sus hogares.

Y es que en Turrialba muchas de esas cosas se siguen viendo, en menor cantidad y en medio de barrios donde percibo constantes cambios cada vez que regreso, en mi visita mensual. Siguen viéndose cosas así; ahí queda la respuesta para la gente que me pregunta sobre las razones para viajar hasta acá ocasionalmente los fines de semana. Yo le llamaría recarga de baterías, del cuerpo, del alma y de la mente.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Algunas notas sueltas

El amor por el cine es lo que me hace seguir yendo a disfrutar las películas en la pantalla grande, pero entrar a una sala y tener que lidiar con las tonteritas de un grupo de adolescentes en la fila de atrás es simplemente una prueba de paciencia. Afortunadamente ayer la pude superar.

Buscar títulos y autores interesante en una compra y venta de libros es de esas cosas que me encanta hacer cada vez que puedo. Por eso me dio tanto gusto darme cuenta que ya solo tenía un libro haciendo cola en mi mesita de noche, lo único que podía significar es que era hora de hacer revisión interna en el apartamento y seleccionar un grupo de libros de los cuales desprenderme. Finalmente uno siempre cambia una cantidad de libros mayor que los que trae de regreso a casa, pero la emoción de tener nuevos títulos vale la pena.

Sacar un día para comprar ropa de verdad que no va conmigo. Las veces que me ha resultado más satisfactorio comprarme ropa han sido inesperadas aunque no necesariamente compras de impulso. Si algo bueno tenemos los hombres (y por favor perdónenme sí sueno machista acá) es esa sencillez para evaluar un rápido proceso: "me gusta-me funciona-lo puedo pagar-me lo llevo".

Sigo enamorándome todos los días y eso me gusta, no hay día que pase que no me sonría el alma al sostener una mirada femenina en la calle. ¿Quién sabe? En algún momento podría encontrarme a mi propia Marion Cotillard.

Contar historias es lo mejor del mundo. Cuando uno finalmente logra sentarse con disciplina y terminar un texto del cual estar orgulloso se encuentra con una sensación única.

domingo, 4 de septiembre de 2011

3 grandes obras y lo que yo quiero hacer

El trabajo ajeno motiva, sobre todo el bueno. Ni siquiera tiene que tratarse de alguien que hace lo mismo que uno, puede tratarse simplemente de algo similar, aunque perfectamente puede estar expresado de una manera distinta. Me explico: en estos últimos diez días he podido ver tres películas de gran calidad, de temas diferentes pero que en ellas retratan las historias que viven, sufren y maravillan tres escritores. No se trata de que yo me considere uno de ellos porque estoy muy lejos de serlo, pero realmente he llegado a ilusionarme con la capacidad de contar historias desde diferentes medios, ópticas y motivaciones. El cómic me sirvió hace unos años y hoy disfruto tratando de hacerlo a través de la fotografía, incluso mi trabajo como redactor publicitario me lo permite en ocasiones... pero la literatura es un área que sigue fascinándome.

Antes de seguir, se me olvidaba, las películas que causan esto son, en el orden en que las vi, las siguientes:
Medianoche en París, de Woody Allen.
El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella.
El regreso, de Hernám Jiménez.
Las tres son grandes obras por razones y en contextos diferentes, y me resulta curioso que, sin querer las haya visto en cuestión de contextos, de más internacional a más casera.
* Woody Allen ha sido un grande del cine con películas que siempre se sienten nuevas aunque repita cosas, siempre sorprenden de una u otra forma; incluso sus obras menores tienen momentos que permiten exprimir detalles relevantes de relaciones humanas extremadamente cotidianas. Con Medianoche en París nos recuerda lo mucho que debe importarnos nuestra propia felicidad por encima de meros espejismos.
* Campanella y su "Secreto..." le regaló a mi gusto por el cine la película del año. El guión perfecto, los diálogos justos y la combinación entre drama, suspenso y humor son simplemente maravillosos; además de que los giros narrativos son poco comunes. Aunque admito con pena que mi ego salió alimentado al terminar la película justo como en el fondo pedía que terminara, con el giro que imaginé desde los primeros 25 minutos.
Y luego de ver El Regreso, segundo largometraje de Hernán Jiménez, me queda esa espinita de saber que sí se puede contar una buena historia en Costa Rica. Saber que una historia no tiene que ser extremadamente elaborada para calar en la gente y que un final abierto no la ofende, más bien le dice que cada quien puede poner las escenas que al final se imagine.

Quizás parezca raro que tres películas alteren de alguna forma mis proyectos literarios, pero no los veo como medios ajenos entre sí, solamente distintas formas de expresión, las historias (y sobre todo las buenas) se agradecen, sin importar el medio en que nos llegan.

Hoy engaveto un proyecto que he trabajo por un par de años, pero que no quiere crecer por ahora, no parece querer cerrarse y por eso prefiero alejarme un poquito para luego volver con nuevos ojos a esas viejas letras. Pienso entrarle fuertemente a dos nuevos proyectos que me motivan de una forma diferente en este momento, una novela que he venido cocinando lentamente en cuanto a estructura y un nuevo proyecto de cómic junto a un gran artista costarricense. Solo el tiempo dirá cuantas satisfacciones podrán venir de estas decisiones.

domingo, 3 de julio de 2011

U2: Un concierto de esos

A veces la vida nos sorprende y agrupa oportunidades. Entonces, tomar una es tomar varias. Por supuesto que esos momentos no se dan muy seguido que digamos y eso los hace aún más valiosos.
Hace un poco menos de dos meses tuve la oportunidad "enlistarme" en un viaje que algunos compañeros del trabajo iban a hacer a Miami. Cuando ya les había dado el "sí" me di cuenta que las fechas en que íbamos a estar ahí coincidían con el concierto del Tour 360 de U2. Inmediatamente el "sí" se duplicó, y aunque al final no todos los compañeros asistieron al evento yo no me iba a quitar por nada del mundo.
La reconocida banda irlandesa podrá haber cambiado con el tiempo, podrá haber bajado la cantidad álbumes vendidos, pero no lo ha hecho su calidad. Y aunque el momento en que los seguía más de cerca fue hace algunos años nunca está de más hacer algo que uno siempre ha querido hacer.
Un concierto de U2 (o Rolling Stones o Madonna) se encuentra en muchos "Bucket Lists", posiblemente. Esas famosas listas de cosas que queremos hacer antes de morir resultan a veces ingratas, pues por lo general contiene metas difíciles de alcanzar o que conllevan mucho esfuerzo, mucho sacrificio... o mucha necesidad de suerte. Aún así, esta semana que hoy acaba puedo mirar la lista y con mucha satisfacción tachar de ella el concierto con Bono, The Edge y compañía (ojo, que no quiere decir que no quiera volver a verlos, quedé más que anotado para la próxima gira). La experiencia fue una noche maravillosa, espectacular, única e inolvidable; una noche llena momentos de piel de gallina, sonrisas cómplices entre desconocidos, mucha euforia y gran cantidad de recuerdos que perpetuar. ¡Qué rico!
Ojalá estos momentos de oportunidad, esta posibilidad de tachar objetivos ya alcanzados los tuviéramos más seguidos. Quizás ir cumpliéndolos es parte de crecer, es parte de querer superarse y claro, de parte de querer ser feliz.

miércoles, 8 de junio de 2011

De enamoramientos y enamoramientos

Salgo de casa y una vecina camina en pijama en busca del pan de la mañana. Su cabello alborotado le da una belleza única, que combina perfectamente con la sonrisa del "buenos días".
Continúo hacia la parada de autobús y la puerta de enfrente de una casa cualquiera se abre para dejar salir a una mujer recién bañada y perfumada, como dispuesta a comerse el mundo con su belleza y caminar resuelto.
En el bus mi lectura es interrumpida por una carcajada que contagia. Sí, se trata de una hermosa mujer en medio de una charla con sus amigas.
El recorrido por el bulevar de Avenida Central es un ir y venir de miradas, atrapadas por otros ojos, otros labios y otros cuerpos femeninos llenos de esa belleza única.

Lo admito, cada día disfruto de varios enamoramientos fugaces, gracias al conjunto de armonías que la naturaleza o Dios pusieron en un solo cuerpo, el femenino.

viernes, 13 de mayo de 2011

Reconciliación

Hace unos meses escribí sobre el exilio al que mandé a la trova. Durante mucho tiempo no quise escuchar las canciones que hablaban de cosas familiares y que me hacían recordar cosas que simplemente no quería recordar.

Hoy me preparo para abrir una ventana y dejar entrar algunas de sus notas, después de todo este fin de semana nos visita Ismael Serrano y yo, no puedo faltar a la cita. Así es que está por verse aún si finalmente el género y yo volveremos a conversar pronto y con frecuencia. El primer paso está dado; luego les cuento.

Actualización (16/5/2011):
Un éxito de concierto. Maravilloso. La voz de Serrano cantó con la gente durante 3 horas. Muchas historias, muchas risas, cosas que recordar y letras para reflexionar sobre esa necesidad de acordarnos de vivir, el tema que toca su más reciente producción.

lunes, 18 de abril de 2011

Mis marcadores de lectura

Hace unos días mi amiga Mich publicó los libros que le traen recuerdos y evocan hechos o momentos importantes en su vida (pasen a darse una vueltica por su blog, recomendadísimo: http://cronicasjuglar.blogspot.com/). Lo cierto es que como colega come-libros me sentí en la envidiosa necesidad de hacer un post con mis correspondientes marcadores.
Cuentos de angustias y paisajes. Me huele a las clases de español en la escuela y las de artes plásticas en el cole, era como una antología prestada para crear imágenes... y conocer lugares.
El Principito y Cocorí. Cuentos tan simples como hermosos, ¡cómo dicen tanto en tan pocas páginas! El Principito lo leí ya tarde en la vida, pero igual me enganchó para leerlo varias veces más. El libro tico, ilustraciones de Hugo Díaz incluidas es una joya; aún pienso en lo increíble que sería hacer una adaptación de Cocorí al cine.
Jorge Debravo. Lo pongo así, como autor porque me cuesta trabajo determinar una sola de sus obras; me llama demasiado la atención la obsesión que tenía con la muerte, además, la poesía ha sido pilar en tiempos difíciles.
20.000 leguas de viaje submarino. Fue con este libro que me enamoré de la lectura (y de la ciencia ficción al mismo tiempo), estaba en 8vo grado.
Las aventuras de Tom Sawyer. Junto con el anterior lo recibí prestado de un compañero de clases que presumía del gusto de leer libros adicionales a los que nos asignaba el programa de estudios. Me pareció que yo podía adoptar la costumbre y así fue. Años después, Marcos Ramírez se le plantó a la par en calidad. Tengo que admitir que Huckleberry está en la lista de espera desde hace demasiado tiempo.
Cien años de soledad. Mucho gusto, Don Gabriel, un verdadero placer. ¿Existe una mejor manera de conocer a Gabo que comenzar con esta novela? Culpable: mi papá. Recuerdo que desde que yo era pequeño él coleccionaba muchos libros de una editorial llamada Círculo de Lectores y siempre quise ponerle las manos encima a este, que tenía en la portada la foto de una viejita muy viejita.
Senderos de libertad. En 1998 comencé a viajar a la U, de Turri a Chepe. Fue por entonces que uno de mis primos (que ya lo había hecho algún tiempo) supo que iba a necesitar buenas lecturas para entretenerme, me prestó este libro que cuenta la historia de Chico Mendes y en paralelo la de Pernambuco, un pistolero contratado para matarlo. Es un libro verde, pro-Amazonia... maravilloso; con personajes reales y mucha investigación detrás (hasta menciona a Lula Da Silva, en tiempos que era sindicalista, creo).
El sitio de las abras. Otro de los libros "robados" de la biblioteca de mi papá, con este me di cuenta que Fabián Dobles es el papá de los tomates entre los escritores ticos.
Farenheit 451 y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Más ciencia ficción para terminar de convencerme, lecturas que siempre andaban en mi salveque en mi época UCR.
La metamorfosis. Definitivamente me gusta pensar que nunca lo voy a entender del todo, no quiero tener una única interpretación de la novela, no quise eso cuando la leí entrando a la U, ni la he querido tener luego de un par de lecturas adicionales, cada vez le pongo una metáfora diferente al insecto.
El coronel no tiene quien le escriba. En la U salir de clases a medio día y tener que entrar de nuevo en la noche se presta para muchas cosas, una tarde me metí a la Biblioteca Carlos Monge y me leí este libro de una sentada, aunque tengo que admitir que cabeceé un par de veces a causa de la marea alcalina.
El Profeta. Otro pilar para tiempos extraños. Interesante. Comenzando a pasarla mal en mi primer trabajo me llamó demasiado la atención la forma de mostrar la sabiduría acumulada.
El Jardinero. Lo compré en una feriecita en la Facultad de Educación de la UCR hace mucho y solo podría agregar, de nuevo: "Encantado de conocerle, Sr. Tagore".
El otoño del patriarca. Aunque duré como un mes con este, recuerdo en especial estar leyendo unas cuentas páginas en una parada de autobús de Quepos a Manuel Antonio. Este libro (prácticamente sin puntos ni comas) me enseñó que podés escribir como te dé la gana siempre y cuando tengás algo bueno qué contar.
Crimen y castigo. Lo saqué para unas vacaciones de medio año de la U. Me lo llevé para Turri y me enamoré de Dostoievski. Paranoia, psicología, profundidad en los personajes, ambientes nostálgicos... siempre me pareció un libro perfecto.
Benedetti. Lo pongo como un todo porque Marito es Marito. Sus novelas son buenas, su poesía maravillosa, pero sus cuentos... con vidas comprimidas en párrafos hermosos, así de simple. Le debo muchos Requiems con tostadas a Don Mario, cómo sufrí su enfermedad y su muerte.
Violent cases. Tenía que incluir algo de la época en que conocí las novelas gráficas y la excusa perfecta para que mis amistades tomaran en serio el cómic; ya no se trataba solo de revistitas, también eran libros, artes impresionantes y este en específico es una maravilla de texto y arte perfectamente unidos.
El Señor de los Anillos. Simplemente tenía que estar en la lista. A principios del 2000 mi amigo Oscar Ibarra quería que le escribiera una historia para Demacros, un personaje de cómic que había creado, tipo Conan. Recuerdo que entre las referencias venía anotado el nombre de la trilogía de Tolkien y recuerdo también la cara de incredulidad cuando le pregunté de qué trataba la novela. Por dicha pude encontrar todos los libros y leerlos un año antes de que el cine me mostrara las caras de todos los personajes.
Gabriela, clavo y canela. Mi hermano lo tenía guardando polvo y se lo robé por un par de semanas, hace ya algunos años. Migración latinoamericana, poblados llenos de voces y vidas mágicas, otra joya.
El ascenso y la caída del Tercer Reich. Casi dos mil páginas de historia pura, en inglés. En teoría es mala combinación y sí, duré un año leyendo, pero aprendí tantas cosas que quería conocer que solo puedo agradecer que tanta maldad y estupidez no se han vuelto a juntar. Un libro que abre la mente, enseña de tolerancia y que sí se puede aprender de errores ajenos.
Pride of Baghdad. Otra novela gráfica, una excelente manera de entender que la crítica no tiene que sentirse siempre tan chancletuda y sí, un gringo puede estar en desacuerdo con la ocupación de Irak de parte de su propio gobierno.
La carretera. Yo sé que suena masoquista pero me gusta terminar un libro y lamentar que se haya acabado. La narrativa de esta novela me mantuvo tan interesado que me dolió por igual el cómo acaba y el tener que darle la vuelta a la última página, pero esa sensación significa que algo te ha cambiado por dentro.
La casa verde. Lo odié durante muchas páginas porque no entendía nada y justo a la mitad estaba tan atrapado que lo odié por hacerme quererlo, jaja. De lo mejor que me leí el año pasado cuando sentía que muchos libros que elegía me decepcionaban.

Mich sí, la conversa da para un café, jaja.

domingo, 17 de abril de 2011

Post editado

Solo porque sí, porque hoy el post no me gustó y porque lo escribí "a lo loco", por eso lo edito y los sustituyo por este nuevo (mentira, estoy dejando el viejo en letra pequeñita en la parte de abajo, pero no le den mucho bola porque va a estar fuera de contexto, jeje).
Hoy más temprano, cuando tocaba el tema de la inspiración no sabía lo provechosa que iba a resultar la tarde en cuanto al avance del texto para la novela (que ya parece eterna). Lo cierto del caso es que luego de casi un año de estar pegado finalicé uno de los capítulos más difíciles de completar y, aunque faltan muchas revisiones en el mismo proceso al menos sé que está acabado en cuanto a extensión y estructura. ¿De dónde salió la inspiración? Pues de las ganas de escribir bien amarradas con una motivación externa, resulta que mi amigo Franklin Rodríguez aceptó trabajar en algunas ilustraciones para la historia y hoy me envió el dibujo coloreado de uno de los dos personajes principales; además, para mi sorpresa es justo como me lo imaginé siempre, y aún mejor. ¿Cómo no voy a querer escribir después de eso? Insisto, creo que parte del trabajo de querer escribir y mejorar está en educarse, obligarse a escribir aunque no se tengas muchas ganas, cuando uno se dio cuenta ya tiene varias páginas escritas y el proyecto un poco más avanzado. En fin, hoy falta menos.

***
Hace días que no sé por qué no se me ocurre algo para escribir acá, solo hice una visita rápida para mencionar el "cómo van" mis propósitos del 2011 pero hay que admitirlo, escribir eso no requería siquiera poner atención en demasía. En fin, supongo que a todos nos pasa esto de enfrentar las ganas de escribir versus tener efectivamente algo bueno de lo que hablar... por eso hoy se me ocurrió venir a despotricar un poco especialmente contra eso, contra la imposibilidad de escribir si se cree poder decir algo bueno. La verdad es que no es tan así, creo con firmeza que la práctica es la que nos hace mejorar en esto de escribir (lo he leído, tampoco son un sabio para afirmarlo), y pues... teniendo eso en cuenta me dio por aparecer en estas cuentas líneas que te están haciendo perder el tiempo en este instante, jejeje... lo siento.

Ah, se me olvidaba, también quería tocar el tema de la inspiración, supongo que tiene algo que ver. Yo creo que esta sensación de "querer escribir" se puede educar, es más, se tiene que educar si se quiere terminar lo que se comienza. Porque es bastante desagradable cuando

domingo, 10 de abril de 2011

Así va mi 2011 en propósitos

Evaluación trimestral (atrasada):
1. Volver a la U. Ese curso pendiente de la licenciatura no se abrió este primer semestre de 2011 y tendré que matricularlo hasta julio de este año, aunque eso atrasa mis planes espero conservar las ganas y encontrar el tiempo para lograrlo.
2. Comenzar una nueva novela. Aún no comienzo a redactar, pero la novela que tengo por terminar está a punto de darme una grata satisfacción, ya veremos si para dentro de 3 meses puedo tener esto bastante avanzado.
3. Retomar la afición y práctica de la fotografía. Creo que este es el objetivo que más satisfacción me ha dado este año. Definitivamente haber comprado la cámara fue de las mejores decisiones, gracias a eso he aumentado la práctica y hasta mis amigos de f.siete (www.fsiete.com) me invitaron a formar parte del grupo.
4. Conocer 15 nuevos lugares de Costa Rica. Llevo un par de nuevos lugares, la verdad me ha costado sacar el rato para caminar y conocer, pero estoy empeñado en hacerlo. Además de esto tuve la oportunidad de salir del país y conocer Miami, en un viaje que no tenía siquiera planeado para este 2011.
5. Volver a trabajar en Cactustus. Creo que en definitiva pasará algún tiempo para retomar Cactustus.
6. Hacer más ejercicio. Aunque no hay gimnasio para mí volvió el fútbol y bien. Afortunadamente mi grupo de mejengueros ha crecido y estamos practicando más seguido.
7. Donar sangre. Entre este y el siguiente mes debería de estar donando por primera vez en este año.

jueves, 17 de marzo de 2011

"I'm waiting for a train..."

Esperando... a ver qué pasa. Todos los años algo pasa.
Entre marzo, abril y mayo la vida da un vuelco en un aspecto importante. Dejo y consigo trabajos, comienzo y termino relaciones. Tomo decisiones importantes y suceden cosas inesperadas.
Es por eso que este año que no parece visualizarse nada concreto a la distancia es cuando espero el cambio con tranquilidad, pero con cierta curiosidad. Como le decía Dom a Mal en Inception:
"You're waiting for a train. A train that'll take you far away..."
Todos los años algo pasa. No hay prisa, yo sigo esperando... a ver qué pasa.

domingo, 6 de marzo de 2011

Territorialidad masculina en un asiento de autobús

Hace un par de semanas que viajaba hacia la casa de mis padres en Turrialba me tocó compartir el espacio con un tipo que tenía más o menos mi edad pero, como sucede muy a menudo, era de mayor contextura. Como el número de asiento era impar ocupé el lado de la ventana y así fue como, al acomodarme en mi asiento junto al tipo colocado al lado del pasillo comenzó una batalla silenciosa (porque por más sociable que pueda ser uno a veces no nos nace hablarle a un compañero de viaje, ¿para qué?), se trata de una batalla sin palabras y ni siquiera miradas por el espacio personal.
Viajar junto a una mujer siempre es mejor. Huelen bien, se sientan de manera más recatada y hasta existe la posibilidad de que nos toque una muchacha bonita y/o simpática que converse cosas inteligentes y haga el viaje ameno. Viajar junto a una mujer siempre hace el viaje más placentero para un hombre, las razones son muchas, escojan la que quieran.
Pero sentarse en el bus junto a un tipo que también quiere viajar 100% cómodo es lo peor. En primer lugar el reposa-brazo en medio de los asientos no es negociable, es un territorio que hay que conquistar cada vez que el tipo de al lado se distrae, se duerme o se rasca la cabeza. Puede sonar divertido, pero no siempre lo es. En segundo lugar, creo que en ocasiones muchos de nosotros los hombres no entendemos el sentido de convivencia (eso explicaría tantas guerras mundiales entre gobiernos liderados... mirá vos qué casualidad, por hombres). Y es que cada asiento tiene un diseño en particular y de alguna manera los respaldos de los asientos que van siempre delante de nosotros tienden a dibujar una especie de límite para el espacio de cada persona. Pues no, un hombre tiene que meter su rodilla en el espacio de la otra persona para alcanzar su máxima comodidad, es así de simple, así de tonto. Allí también se trata de una batalla a librar, aprovechando cada distracción, movimiento involuntario o calambre del contrario.
Afortunadamente existe la lectura y la música para consolarme cada vez que pierdo contra una rodilla o un codo ajeno, es cuestión de abdicar el espacio, concentrarse en el propio y estar atento a cualquier posibilidad de contraataque. Porque también hay ego involucrado. Si no, ¿dónde estaría el premio? La territorialidad masculina en un asiento de autobús es una verdadera guerra de rodillas y codos.

domingo, 27 de febrero de 2011

Carrera hacia los Oscar

La cantidad de buenas historias que nos llega a los cines nacionales no hace una larga lista. Nunca la ha hecho. Quizás el mejor reflejo de esto es que la mayoría de las películas nominadas al Oscar casi siempre terminan viéndose en febrero, algunas semanas o algunos días antes de la premiación.
Lo cierto es que para algunos fiebres resulta interesante emprender una carrera para poder ver la mayor cantidad de películas nominadas posible, las cadenas de distribución nacionales se han dado cuenta de esto y han tratado, en los últimos años, que los cinéfilos no nos sintamos tan perdidos a la hora de ver la ceremonia llena de estatuillas. A pesar de esto, Internet es el aliado más poderoso aún, y aunque desgraciadamente se convierte en un procedimiento pirata al 100% no nos queda de otra. Las nominadas "menores" o más independientes solo pueden encontrarse en la red de redes, si se quiere verlas a tiempo.
Todas las nominadas a Mejor Película han sido maravillosas en una u otra forma. Brevemente quiero mencionar lo me parece mejor de cada una.
Winter's Bone. Jennifer Lawrence es una actriz nueva, hermosa y que actúa como una joven impresionantemente fuerte (habrá que verla como Mystique en la nueva X-Men). Me encantó la ambientación de esta película, como un lugar tan despoblado puede sentirse al mismo tiempo tan inseguro.
The King's Speech. Colin Firth es un actorazo. Geoffrey Rush ni para qué. Entre estos dos tipos sostienen una película muy divertida en casi toda su extensión, pero que llega a emocionar, sobre todo en las escenas finales. Sin embargo, en la típica película que gana el Oscar.
True Grit. La fotografía y Jeff Bridges. Aunque siempre es entretenido ver actuar a Matt Damon no cabe duda que el papel que interpreta el veterano actor es divertido y triste al mismo tiempo; un tipo tan fuerte y al mismo tiempo tan necesitado de que alguien lo escuche. Junto con esto, los escenarios son fotografiados con una belleza que tenía mucho rato de no ver en un western, creo que desde Unforgiven.
The kids are all right. Una historia bastante normal en su estructura, donde el giro lo constituyen ciertas piezas que han sido cambiadas; en lugar de un padre y una madre tenemos dos madres (lesbianas); y en lugar del típico ex-esposo padre de los hijos que llega a verlos tenemos a un padre biológico desconocido, donante anónimo de esperma. Película divertida con actuaciones cálidas. El papel de Mark Ruffalo me parece muy identificable para muchos hombres, lástima que termine tratándosele tan ingratamente.
Inception. Los efectos especiales impresionan y la complejidad de la trama aún más. Para los fanáticos de la ciencia ficción es todo un orgullo ajeno tener esta película entre la lista de nominadas, con lo que cuesta que tomen en cuenta el género como algo serio. La música es envolvente y la ambientación espectacular, pero lo mejor de todo es el trabajo de Christopher Nolan para, en medio de un cine lleno de remakes, segundas y terceras partes traernos esta joya en todos los sentidos. Una idea original que refresca el medio y da esperanza a muchos creadores que quieren hacer cine propio, con ideas nuevas.
The Fighter. Lo mejor es, sin duda, Christian Bale. Uno pasa de verlo como el tipo simpático a verlo como un junkie digno de lástima y hasta cierto resentimiento, pero su misma actuación logra recuperarnos y terminamos sonriendo con el final en el que participa, alegrándonos por él. Buena edición. No pensé que fuera una película que emocionara, pero lo logra, y bien.
Black Swan. Natalie Portman brilla, así de simple. El director Darren Aronofski logró mantenernos atentos a cada uno de los detalles de esta película que mantiene en casi todos los encuadres la imagen de su protagonista (y mucho de esto con la cámara en la propia cara de Portman). Es increíble todo lo que logra transmitir el equipo de esta película. Uno tiene mucha certeza de lo que va a pasar, pero en este caso curiosamente resulta satisfactorio que nos den la razón.
Toy Story 3. Después de la trilogía de El Señor de los Anillos ninguna otra ha mantenido una cohesión tan fuerte como la historia de Woody, Buzz y sus amigos. Es realmente impresionante saber que después de 11 años de la segunda parte no solamente se ha mantenido el espíritu del filme original, sino que lo mejora. Maravilloso y nostálgico final donde nos hace recordar a todos épocas muy felices de nuestro pasado.
The Social Network. Los diálogos sostienen esta película. Jamás habría imaginado que una película sobre gente hablando de Internet podría ser entretenida, pero Sorkin (guionista) y Fincher (director) logran tejer una buena telaraña que nos atrapa con gusto. Buena música, buena edición.
127 Hours. Además de los hermosos escenarios y la impresionante actuación de James Franco (que prácticamente sostiene solo la película completa) es un gusto ver la edición que saca sonrisas de satisfacción por sus gestos técnicos. Pero lo más importante de esta película es la sensación con la que se sale del cine, ese querer buscar en el interior personal y descubrir motivaciones para crecer, ser mejor persona y encontrar el combustible perfecto para vivir. Boyle no falla.
Ojalá pudieran ganar todas. Ojalá la que ganara lo hiciera por las razones correctas.

sábado, 19 de febrero de 2011

Una de mis canciones favoritas

Yo siempre he dicho que en la vida hay que ser un poquito egoísta.

martes, 15 de febrero de 2011

Con la trova en el exilio

Cuando la desterré lo hice porque sentí que me traicionaba. La trova era una mala bruja devolviéndome tantas de aquellas palabras usadas, tantas frases escuchadas y tantos momentos que volvían a la memoria, era incómodo recordar algunas cosas perdidas y que de alguna forma lastimaban.
Creo que todos tenemos más o menos una definición propia de lo que llamamos trova, sea esta técnicamente correcta o no, el género lo constituye una lista de nombres que se repiten de oyente a oyente, con algunas pocas variaciones. Una vez una amiga me dijo que yo era seguidor de la trova más nueva y tenía razón, las canciones de Silvio, de Milanés, de Sosa no llegan de forma tan importante a mi gusto como las de Sabina, Guerra, Serrano, Filio, Serrat (aunque este sí es de los viejitos) y hasta las del Perrozompopo, que no sé si puede calificarse como trova, pero definitivamente se acerca. Lo cierto del caso es que mi gusto, o mejor dijo, mis ganas de escuchar trova se fueron de vacaciones forzosas hace ya algunos meses. Es curioso, no me considero una persona muy musical, pero sí creo fuertemente en que ésta tiende a provocar profundos impactos en las personas, porque en el fondo las canciones que nos gustan son aquellas que creemos se relacionan con nosotros o dicen algo con lo que nos vemos muy identificados.
Sin embargo, el tiempo como siempre hizo girar tantas veces nuestro planeta que finalmente la cicatriz sanó por completo, dejándome respirar y vivir con una tranquilidad como la de antes y mejor aún, con una nueva perspectiva de lo que quiero para mi vida. A pesar de eso la trova no regresa, ahora que sé está perdonada espero que alguna vez vuelva a mi playlist la ronca voz de Joaquín o la temblorosa melodía de Ismael. Ya vendrán, pero mejor los espero sentados. Por cierto tuve razón, esos momentos vividos de los que hablaba antes no van a volver... pero ahora no me importa, porque sé que vivo y viviré nuevas oportunidades... en todo el sentido de la palabra.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cuando a uno le toca, ¡le toca!

Al llegar a la terminal de buses fui a comprar el tiquete para el que salía a las cinco de la tarde. Tenía unos treinta minutos de espera por delante así que crucé la calle para comprarme algo de comer en la musmanni (en minúscula para no hacerle mucha publicidad). Ya con el bocadillo y la bandeja en las manos salí a buscar una mesita vacía, que solo encontré en el extremo más lejano de esa área. Sin embargo, al llegar a esta me di cuenta que alguna de las palomas que tanto frecuentan el lugar había dejado... digamos que un regalito producto de su proceso digestivo. Obviamente preferí no sentarme ahí y salí para buscar otro lugar y me instalé en un sitio bastante frecuentado por quienes normalmente esperamos ahí, un pretil ubicado frente a la salida de los buses. Me quité el salveque de la espalda, recosté a un lado la maletita de la cámara y me dediqué a comer a gusto. Solo bastaron unos tres minutos para sentir un ligero golpe (algo líquido, eso sí) en el centro de la espalda. Lo supe al instante, miré hacia arriba y el ave responsable voló casi al mismo tiempo. Fue como si me dijera: "¿Ah no quisiste sentarte en la mesa donde te dejé un regalito? ¡Pues tomá, llevátelo puesto!"

jueves, 10 de febrero de 2011

Cuidado: ver "127 Horas" puede cambiarte la perspectiva

Como publiqué hace unos días en facebook: qué rico es salir del cine sintiendo que una película (una sola película) te cambió el día que habías tenido hasta entonces, te cambió la perspectiva que tenías para el resto de la semana y que además te suponga ponerte a pensar en qué clases de motivaciones son las que estás teniendo para vivir cada día y para buscar las metas a mediano y largo plazo. Lo cierto es la película de 127 Horas es una gran obra del cine que deja al espectador hasta cierto punto agotado de sentir diferentes emociones, maravillado con la belleza visual y premiado con una música (de AR Rahman) que le ayuda a sumergirse en el mundo del protagonista.
La premisa es tan simple que seguramente solo podía venir de un caso de la vida real. El montañista Aron Ralston sufre un accidente en una grieta en el medio del desierto, donde su brazo queda atrapado por una roca, sin poder desprenderse ni pedir ayuda. Desde ahí comenzamos a meternos en su mente, sus reflexiones, sus recuerdos y sus anhelos. Somos testigos de la evolución en el interior de un personaje que decide querer vivir, por razones muy específicas, que lo llevan a tomar una decisión radical que le salva la vida.
¿Les ha pasado alguna vez que llegan a casa después de estar en un bar y sienten aún con ustedes el olor del humo del cigarro o ese "olor a calle" que a veces cuesta quitarse de encima? Pues guardando las distancias del caso y pensándolo de manera positiva, la noche que vi la película llegué a casa sin quererme desprender de esa sensación de sonambulismo o trance con que salí del cine, no quise encender el tele, ni leer... solo comí algo y me acosté a dormir, quizás aún haciendo la digestión de lo que acababa de ver. Es algo personal, a lo mejor algunas personas no sientan lo mismo al ver esta gran obra del director Danny Boyle (Trainspotting, Sunshine, Slumdog Millionaire, entre sus obras), pero yo sinceramente le agradezco el volver a sentir que una película se va a quedar conmigo por mucho tiempo.
Edición que entretiene, música que emociona, fotografía que sorprende, una actuación principal que sostiene una película de inicio a fin, un guión simple y una dirección que lleva el sello de calidad del autor dan como resultado un espectáculo que demanda mucho del espectador pero que al final lo premia con la satisfacción de saber que cada uno de nosotros puede reflexionar en lo que es su vida, cómo y por qué quiere vivirla.

sábado, 5 de febrero de 2011

Pendientes del tintero (2 de 2): "The Social Network", de David Fincher

"Mejor que encontrar un trabajo es inventarte uno". Una de las muchas geniales frases que tiene esta película refleja lo que me parece es el mundo en la actualidad. Gente creando no solamente productos, arte o servicios, también se crea negocio desde cero. Lo único que hace falta es visión, decisión y una motivación extraordinaria. En lo personal me dejó pensando en tantas posibilidades que a veces uno tiene de disfrutar aún más lo que se hace, no por el hecho de no amar el trabajo que se realiza todos los días sino por la maravillosa posibilidad de llegar a vivir de una creación propia. Hay muchísimos sub-temas muy interesantes de explorar pero que requerirían un espacio más amplio que este incluso. Tan solo el hecho del cómo surge la idea de crear una red es algo que pocos podrían imaginarse seriamente.
Lo bueno de la película La Red Social (The Social Network) es el conjunto de cosas bien hechas en una sola obra. La dirección de David Fincher es cuidadísima, convirtiendo lo que en otras manos podría ser una trama aburrida en una mezcla de tiempos narrativos muy interesantes. Las actuaciones son ácidas y le sacan el máximo provecho y lo mejor de la película: el guión y los diálogos.

Pendientes del tintero (1 de 2): Pics de viajes

No soy de las personas que están constantemente viajando, aunque me gustaría. No hablo ni siquiera de estar saliendo del país, sino de tomar un salveque, la cámara fotográfica y hacer un recorrido X para conocer nuevos lugares, personas y situaciones. Como ya lo había mencionado es uno de los objetivos de este año pero curiosamente comenzó con un viaje no planeado a Miami hace un par de semanas (el objetivo es conocer 15 nuevos lugares en tiquicia, no necesariamente afuera) y de alguna forma pude comenzar a entender a algunas amistades que parecen tener el vicio del viaje muy despierto. Sinceramente espero comenzar a intensificar paseítos cortos de un día o un fin de semana con la excusa de tomar fotos.
¿Será que abro un tercer blog para ir colgando foticas de esas?

jueves, 13 de enero de 2011

Clint Eastwood cocina a fuego lento

Más allá de la vida (Hereafter, en su título original en inglés) es la más reciente película del reconocido director Clint Eastwood. Y como lo ha hecho desde hace mucho tiempo, no decepciona. Personalmente quiero rescatar de la película en sí la capacidad de su director para mostrarnos que una historia sencilla puede estar llena de grandes momentos y nos puede llenar de grandes emociones.
Aunque el Oscar le llegó mucho antes con Unforgiven, creo que Eastwood logró madurar su mano de director con Mystic River (gran casting, por cierto) y de ahí en adelante ha sabido crear historias emocionantes y llenas de sentimientos cuya trama va cocinándose muy lentamente, para beneficio de quienes gustamos de este tipo de paciencia cinematográfica. Ha logrado contar historias de tipo tan diverso como muy pocos directores se atreven a hacerlo, desde la dupla de películas bélicas que cuentan la batalla de Iwojima hasta los últimos días en la vida de un viejo huraño en medio de un barrio que ya no es el que solía ser, pasando por películas sobre temas deportivos y hasta rozando el género histórico con personajes que de verdad existieron, Mandela por ejemplo. Es como si Clint, aún a sus casi 80 años aprendiera cada vez que hace una película. Y lo hace: aprende y se atreve. Esta vez su cine entró al subgénero de lo sobrenatural, incluso utilizando efectos especiales de última tecnología, para que podamos ver la recreación del tsunami que golpeó Asia hace unos años desde una perspectiva de testigo que resulta absolutamente poderosa.
Hereafter resulta ser una obra diferente; es más, algunos críticos estadounidenses la han catalogado como "la más europea" de las películas de este gran director, yo en lo personal consideraría eso un halago. Quizás no se trata de su mejor película (Unforgiven, Million Dollar Baby, Letters from Iwojima y Gran Torino pusieron el listón muy arriba), pero esta reciente creación mantiene un estándar de calidad lo suficientemente alto para disfrutar de cine hecho con el trabajo de un artesano que sabe hacer su obra. Cocinada a fuego lento, atrayente, pulida, redonda, simple... correcta. La película es una clase de cómo hacer buen cine sin estrés, como el mismo suele decir: "ya lo hicimos bien hasta acá, no lo arruinemos poniéndonos a pensar". Por ahora, solo queda esperar su próxima producción J.Edgar, un biopic de la vida de uno de los personajes más polémicos del siglo XX en la historia estadounidense, Edgar Hoover.

miércoles, 12 de enero de 2011

"Pintas" personales

¿Y si las pintas aplicaran sobre otros aspectos de los primeros 12 días además del clima? ¿Cómo serían mis meses durante este 2011? A ver...
Enero: lleno de movimiento, mucha gente nueva y nuevas cosas por enfrentar.
Febrero: familia, mucha familia... ¡y experiencias nuevas también! ¿Una travesía?
Marzo: de calma, justo como antes de una tormenta. Además es el mes en que vuelven a comenzar las cosas, en el caso concreto del 2011: ¡la universidad!
Abril: efectivamente parece ser un mes convulso, con noticias buenas y malas. Pero haciendo balance se inclina hacia lo positivo, gracias a nuevas oportunidades.
Mayo: dentro de la normalidad que puede haber en la rutina de una persona a través del tiempo... supongo. Mes de calma para tomar algunas decisiones importantes.
Junio: un mes de seguridad, todo va a salir bien esos días. Muy muy positivo.
Julio: pinta ser un mes espectacular en cuanto a noticias. La incertidumbre puede dar paso a las noticias positivas.
Agosto: como que va a ser un mes donde el manejo del dinero será vital. Es cuestión de poner atención a detalles, oportunidades y ventajas.
Setiembre: llega un nuevo momento de calma, el descanso antes de enfrentar un cierre de año movido.
Octubre: desde estas fechas comienzo a atisbar lo que se viene para los próximos meses. Quizás en octubre ya pueda comenzar a planear mi propio 2012.
Noviembre: las lluvias en el cielo y los muchos nuevos proyectos que continúan creciendo, sin dejar de lado el continuo aprender a partir de la observación.
Diciembre: más buenas noticias y exitosas confirmaciones. Parece que el 2011 va a cerrar como inició, de la mejor manera.