martes, 15 de febrero de 2011

Con la trova en el exilio

Cuando la desterré lo hice porque sentí que me traicionaba. La trova era una mala bruja devolviéndome tantas de aquellas palabras usadas, tantas frases escuchadas y tantos momentos que volvían a la memoria, era incómodo recordar algunas cosas perdidas y que de alguna forma lastimaban.
Creo que todos tenemos más o menos una definición propia de lo que llamamos trova, sea esta técnicamente correcta o no, el género lo constituye una lista de nombres que se repiten de oyente a oyente, con algunas pocas variaciones. Una vez una amiga me dijo que yo era seguidor de la trova más nueva y tenía razón, las canciones de Silvio, de Milanés, de Sosa no llegan de forma tan importante a mi gusto como las de Sabina, Guerra, Serrano, Filio, Serrat (aunque este sí es de los viejitos) y hasta las del Perrozompopo, que no sé si puede calificarse como trova, pero definitivamente se acerca. Lo cierto del caso es que mi gusto, o mejor dijo, mis ganas de escuchar trova se fueron de vacaciones forzosas hace ya algunos meses. Es curioso, no me considero una persona muy musical, pero sí creo fuertemente en que ésta tiende a provocar profundos impactos en las personas, porque en el fondo las canciones que nos gustan son aquellas que creemos se relacionan con nosotros o dicen algo con lo que nos vemos muy identificados.
Sin embargo, el tiempo como siempre hizo girar tantas veces nuestro planeta que finalmente la cicatriz sanó por completo, dejándome respirar y vivir con una tranquilidad como la de antes y mejor aún, con una nueva perspectiva de lo que quiero para mi vida. A pesar de eso la trova no regresa, ahora que sé está perdonada espero que alguna vez vuelva a mi playlist la ronca voz de Joaquín o la temblorosa melodía de Ismael. Ya vendrán, pero mejor los espero sentados. Por cierto tuve razón, esos momentos vividos de los que hablaba antes no van a volver... pero ahora no me importa, porque sé que vivo y viviré nuevas oportunidades... en todo el sentido de la palabra.

1 comentario:

*°·.¸¸.° Heidy °·.¸¸.°* dijo...

Me pasó con Alex Ubago (si,ya se que no es trova jejeje) que en cierto momento no quería escucharlo. Su voz era un puñal que abría la herida. Así cantara Los Pollitos o el Himno Nacional, no podía escucharlo... poco a poco he ido sanando y ya estoy haciendo las paces con el!!

Saluditos