Cuando ese cuento creció a novela decidí incluir a un nuevo protagonista, una especie de detective que jugara con elementos que fueran quedando sueltos, para eso escribí hasta donde pude y cuando ya no supe cómo hacer para amarrar las cosas recurrí a la lectura de Conan Doyle. Ya había leído al investigador Dupin de Poe y ahora quería ver qué hacía el todavía más famoso Sherlock Holmes, no para copiar estilo ni mucho menos, lo que quise fue ver la forma original de resolver un caso sin que se lea como si me sacara de la manga las respuestas.
Hoy terminé "Las Aventuras de Sherlock Holmes", una recopilación de relatos cortos del detective que, en serio EN SERIO justifica toda su fama. La narrativa de Conan Doyle es demasiado detallada, me gusta mucho, creo que funciona en cada caso y tengo la firme esperanza de que el fin de semana que me siente a tratar de terminar los capítulos finales de la novela algo se me haya drenado de este libro.
Luego les cuento.
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