martes, 14 de octubre de 2008

Influencias... de todas partes

Como comunicador y creativo publicitario siempre he pensado que uno no le puede decir que no a ciertas cosas que pasan. No se puede dejar de ver algo simplemente por "no me llama la atención". Para bien o para mal todo tiene algo rescatable si se le mira desde la perspectiva correcta y se aprovecha para un propósito específico. No pocas veces algo que no es de mi agrado se ha terminado convirtiendo en la referencia perfecta para alguna campaña publicitaria que va dirigida a un target que no es el mío... por eso insisto, no hay que descartar nunca nada.

Ahora bien, cuando se trata de la faceta de escritor, siento que es igual de importante estar al pendiente de tantas cosas que suceden alrededor nuestro. En lo personal me siento atraído por varias categorías de películas (dramas, fantasías, ciencia-ficción y ciertos thrillers) que siento aportan a mi manera de escribir, es más, puede que este tipo de películas tan visuales sean en parte las responsables de mi gusto por la descripción en mis textos y dentro de mis narraciones. No en vano me resulta normal disfrutar en la misma semana dos películas tan diferentes entre sí como "Iron man" y "Eternal Sunshine of the Spotless Mind". Tampoco que en mi colección comparten espacio "Fullmetal Alchemist", "Cinema Paradiso", "El bueno, el malo y el feo"y "300". Obviamente esto se multiplica aún más con las lecturas, siempre he sentido que la lectura de turno influye en mi propio estilo de redacción (no sé cómo, en realidad, pero me gusta pensar que eso es bueno si sigo leyendo a Bradbury, a Benedetti, a Tolkien y a Orson Scott Card).

Todo sirve de algo. DE ALGO. Aunque en el momento no se sepa para qué. Lo importa es estar alertas a lo que nos pasa en la calle, lo que oímos en el bus, lo que leemos y lo que vemos en la tele o en el cine. En todas están las claves para las más grandes historias y las ideas más poderosas.

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