La nuestra fue
una travesía tan larga y tan extraordinaria que hoy siento una tristeza enorme,
algo que no puedo explicar con palabras, al menos no en los idiomas humanos. Sé
que soy el culpable de mis propias tragedias, pero son las tragedias sufridas por
mis dos compañeros de viaje las que no puedo perdonarme. También sé que puedo
ser el principal culpable de las futuras tragedias que puedan sucederle a los
habitantes de mi pueblo y al resto de los habitantes de mi planeta. Por eso he
decidido retrasar la inevitable desgracia que sé les llegará algún día; para
hacerlo, mi vida y todo lo que representa mi esencia deben dejar de existir.
Hace 1 año
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