sábado, 21 de agosto de 2010

Un día para recuperar tesoros perdidos

Como encontrarse un billete en la chaqueta que tenías días o semanas de no ponerte. Como reencontrarse una amistad de la que hace tiempo no se sabía nada.
Así me sentí hoy cuando, en medio de la búsqueda de unos trabajos viejos encontré por accidente textos y artes de los cuentos que pensé había perdido en noviembre del año pasado, cuando el disco duro de mi máquina decidió morir.
¡Qué rico reencontrarse con cosas a las que se les ha tomado cariño! Con trabajos en los que uno no solamente ha puesto un poco de pensamiento e imaginación, sino también mucho empeño e ilusión.
No me queda otra más que volver a preguntarme hasta dónde juega la casualidad en todo esto o si solamente es la manera en que el destino me sigue diciendo que tengo que terminar los primeros literarios concebidos, que a veces se quedan en una permanente gestación. ¡A ponerle!

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